domingo, 31 de enero de 2010

TEMAS PARA EL 06/02/10

4.5 RELACIÓN Y TRANSFORMACIÓN DEL HOMBRE (06/02/10 TEMA DE JESÚS)

Las relaciones sociales establecidas en el campo educativo tienden a ser vistas por el conjunto de la sociedad como una actividad estrictamente docente, cuya misión es crear personas útiles para servir al mercado capitalista.

La educación no puede estar únicamente limitada al saber leer y escribir, la actividad educativa tiene que ser presentada como una herramienta culturalizadora, solidaria y en la que todo el mundo tenga acceso al conocimiento; y lo que es más importante, ser capaces de entender el mundo que nos rodea para así poderlo transformar.

La educación en la sociedad actual la estamos reduciendo a aspectos materiales, es decir, “lo importante es tener títulos para ganar más dinero”, visión impulsada por el modelo neoliberal en el que vivimos, intentando que los individuos se rijan a un modelo social establecido el cuál aparente estabilidad, demostrando así que el sistema es inamovible gracias a la incultura promulgada por las clases dominantes.

Pero la realidad no es así, la sociedad en su conjunto es muy diversa y siempre está en constante cambio para intentar mejorar su funcionamiento. Pero para poder transformar la sociedad, es necesario crear sujetos críticos y creativos. Para lograrlo, uno de los elementos relevantes es la educación, no desde el punto de vista tradicional como un proceso escolarizador, sino como la conformación de espacios educativos no formales con la misión de formar espacios políticos y socioculturales, donde los participantes sean capaces de organizarse y hacer frente a las injusticias. De este modo, podemos considerar que la sociedad se transforma a través de la acción colectiva de los sujetos, cuando muestran pretensiones de mejora.


4.6 LA EDUCACIÓN EN LA LIBERTAD (06/02/10 TEMA DE ESTRELLA)

El hombre es ser cultural y se diferencia por eso de la naturaleza sometida a una leyes necesarias e invariables. El hombre es el reino de la libertad, es un ser que tiene que hacerse a sí mismo y que se hace (o se deshace) a sí mismo con este instrumento, apasionante para unos y terrible para otros, que es la libertad. Este aspecto de la realidad humana ha sido puesto de relieve por la filosofía existencialista, y especialmente por el pensamiento de Sartre para el que el hombre está “condenado a ser libre”. De la filosofía existencialista, que es multiforme, el personalismo ha reafirmado la realidad humana del hombre como “reino de los fines” por utilizar la terminología kantiana: el hombre nunca puede ser utilizado como un medio.

Si esto es así: humanidad es cultura y cultura es libertad. Podemos hacer el camino inverso: la libertad hace la cultura y la cultura origina la humanidad, lo que es específicamente humano, en el hombre.

La educación aparece a primera vista como el instrumento de transmisión de la cultura y particularmente de los aspectos centrales de la cultura: conocimiento y valores, religión y visión del mundo. Esta interpretación es correcta, se fija en lo esencial y permite prolongar la reflexión.

Si partimos de la noción de cultura que estamos evocando como modo de ser del hombre, la educación es, ni mas ni menos, que el instrumento de la humanización en cuanto instrumento de inculturación o apropiación de la cultura en la que nazco.

Pero todavía podemos ir mas lejos si sacamos todas las consecuencias de la afirmación: humanidad es esencialmente libertad. La libertad de enseñanza hace referencia al núcleo mas intangible de la persona: la constitución de su humanidad, es decir de su autonomía y de su identidad. Privar a alguien de la libertad de enseñanza significa entonces atentar contra la libertad íntima que los clásicos llaman libertad moral, y que en los textos de derechos humanos se llaman libertad de pensamiento y de opinión.

En esta breve exposición hemos considerado el papel central de la libertad en la persona humana. La educación tiene que respetarla pero también que educarla es decir dar un sentido en un clima de libertad, favoreciéndo la adhesión.


UNIDAD V
LAS NUEVAS FILOSOFÍAS DE LA EDUCACIÓN


5.1 LA EDUCACIÓN EN EL NEOLIBERALISMO (06/02/10 TEMA DE SANDRA)

ACTIVIDAD OPCIONAL: Investiga acerca del Neoliberalismo en México.

La naturaleza del modelo neoliberal es la privatización de todos los servicios públicos, porque sus impulsores parten de que la mano invisible del mercado es capaz de lograr el equilibrio perfecto en todos os ámbitos de la sociedad. Este criterio se aplica, desde luego, también al ramo educativo, convicción que tiene su más fiel y reciente reflejo en el presupuesto del sector.
Nunca como ahora el sector educativo ha experimentado los estragos del fundamentalismo neoliberal en la asignación de recursos, que no sólo es uno de los más bajos de los últimos años, sino que su distribución denota un marcado desinterés por hacer de la educación pública el motor del desarrollo del país.
De esta manera, mientras por un lado, a la Unidad de Comunicación Social de la SEP se le otorga el mayor incremento del sector, con 12.1 por ciento de aumento, a sectores claves se les asignan aumentos marginales: en posgrado 2.2 por ciento, en educación para adultos 1.5 por ciento y en educación básica, la base de todo el sistema escolar, sólo 0.8 por ciento.
Pero más aún, a áreas como Planeación y Educación Superior e Investigación, que son vitales apara cualquier proyecto de desarrollo del país a mediano y largo plazo, sufren severos golpes con un decremento de 2.3 y 4.5, respectivamente, pero donde el golpe es criminal es en Evaluación, Educación Normal y la Carrera Magisterial, con una disminución de 35.6, 32.7 y 83.8 por ciento, respectivamente.
No se requiere mucha perspicacia para entender que se propone el gobierno panista con un presupuesto como este: el deteriora de la educación pública, para, por una parte, mostrar su inoperancia y fortalecer a la educación privada como la verdadera generadora de cuadros dirigentes, y por otro, transformar a aquella en una enorme fábrica que dote al capital de mano de obra semicalificada y barata.

5.2 LA EDUCACIÓN ANTE LA GLOBALIZACIÓN (06/02/10 TEMA DE JEHEYTZZY)

Los países ahora llamados emergentes (o Tercer mundistas) sufren en forma descarnada los efectos de la GLOBALIZACIÓN que impregnan toda la vida social, económica, cultural, educativa y comunicacional y que en nuestro país lo podemos ver a diario a través de las múltiples consecuencias del proceso que es demoledor y avasallante y que nos deja totalmente indefensos, sin capacidad de respuesta.
Los intensos flujos de capital golondrina que condicionan cualquier política de gobierno; la imposición de pautas culturales homogéneas en todo el mundo, producto de la revolución de las comunicaciones; el endiosamiento del consumo de productos impuestos mundialmente: la cocalización o Macdonalización ; es decir el desmonoramiento de las fronteras y el influjo homogeneizador llevan a la pérdida de una identidad nacional de valores culturales y sociales y desde el punto de vista económico y como consecuencia de la apertura económica con entrada masiva de empresas y productos transnacionales que barren con la demanda laboral, quedando millones de personas excluidas del sistema, sistema que no admite la intervención del estado para amorigerar estas consecuencias, ya que el mismo prácticamente ha desaparecido ante la fuerza arrolladora del neoliberalismo y el endiosamiento del Mercado.

Es indudable que existe una crisis más profunda que las crisis financieras recientes, que es la fragmentación social, la exclusión que hace que millones de personas se encuentren directamente fuera de la sociedad y sus beneficios. La pregunta es como recuperarlos para evitar una masacre social evidenciada ya con los crecientes actos de violencia, el aumento del consumo de drogas, el desprecio por la vida y las amenazas del bioterrorismo o el uso de artefactos atómicos con iguales fines, culminó la guerra fría, apareciendo nuevas formas de violencia.
Ante esta realidad se puede caer en una actitud inactiva o pasiva, de aceptación de lo impuesto, o nos puede, por el contrario, ayudar a reflexionar, yo diría ya no tratando de cambiar el Sistema a través de conductas utópicas sino a través de una ACEPTACIÓN CRITICA de esta época generando pequeñas Revoluciones personales.

ENFRENTAR LA GLOBALIZACIÓN DESDE LA ESCUELA Y EN LA LABOR DOCENTE

Si bien el proceso globalizador entraña muchos aspectos negativos, que fueron analizados anteriormente, cuyas consecuencias son aún impredecibles no se puede ser tan pesimista y es de destacar muchas facetas positivas que tenemos que aprovechar y que nos nutre de esperanzas. Sin ella nuestro trabajo sería en vano y mataríamos el ideario que aún subsiste acerca de la necesidad de educación que se da en toda la sociedad incluyendo a los más jóvenes como lo revelan las recientes encuestas.

Ejemplificando:
*se ensalza a nivel mundial los criterios de Calidad total en todos los procesos; como volcar tales postulados en la política educativa, ya que es evidente que este aspecto ha sido dejado de lado o se ha tomado muy por arriba. Para ello bastan dos ejemplos: Docentes que creen que calidad significa realizar una cierta cantidad de cursos por año (cursicistas); Sistema educativo que premia mucho más la antigüedad que la capacidad y que la misma avala el acceso a cargos directivos. Actualmente la carrera docente termina en la Dirección creyendo que un buen maestro o profesor indefectiblemente será un buen director, sin considerar la capacidad de liderazgo o gestión.
*Como adecuar los criterios de Competitividad del Neoliberalismo salvaje y darwiniano hacia una forma más humana y productiva en el ámbito docente: ¿se premia al mismo, por ejemplo desde el punto de vista económico, cuando realiza tareas en áreas marginales para permitir su permanencia en las mismas para que pueda realizar un trabajo continuo y no esté pensando en pedir su reubicación o traslado hacia zonas más favorables?- ¿Para acceder a una mejora económica; el Docente debe, como lo hace actualmente cumplir años para tener más antigüedad y con ello más puntaje?.

· Hay que destacar los beneficios de la Competitividad entendida como una forma de lucha por y para la Educación que cada docente tiene la obligación de llevar adelante, en vistas de objetivos claros y con los pies puestos en la tierra.

· *Una premisa de nuestra época es la obtención de resultados, muchas veces a cualquier costo. La escuela ¿tiene que renegar de los mismos o repensar la forma de cómo obtenerlos y de cómo evaluarlos?

· *La Revolución de la Tecnología y su s consecuencias en las comunicaciones han hecho cambiar el lenguaje de las generaciones más jóvenes.

· La escuela y los docentes ¿nos adaptamos a este cambio, incorporando estas nuevas herramientas para adecuar nuestra forma de comunicarnos o nos oponemos rotundamente en la creencia de que de esta forma podremos cambiar al educando?

· *Hoy día el mercado ha transformado al ciudadano en un nuevo Cliente, desde la Escuela cómo podemos revalorizar su principal función, la de forjar mejores ciudadanos, responsables y concientes de sus derechos y deberes para con sus semejantes y que debe incluir la formación de un nuevo consumidor, no atado a modas pasajeras; que exige libertad de elección, que incorpore criterios de selección hacia productos no obtenidos a través de la explotación humana o con técnicas de producción que atenten contra el medio ambiente.

· Por otro lado considerando los mandatos del Mercado no debemos pensar en "Vender a la Escuela " revalorizando todo lo positivo de ella, toda su producción a través de un cambio del mensaje institucional hacia la sociedad, de manera de hacerla más atractiva, competitiva y funcional, para que esta última sienta que Su Escuela se preocupa por los problemas y necesidades del país.

3. Conclusión

El desafío está planteado y no es menor; los cambios son profundos e imparables y requieren una gran calma para poder analizarlos, porque está en juego el futuro mismo de la Escuela y de nuestra sociedad.
No pensemos que en nuestro ámbito espacial los mismos no se darán, el sistema no reconoce fronteras y trata de imponerse y afianzarse en todo el mundo; ya está entre nosotros.
Como docentes podemos renegar de esta realidad o ignorarla, creo que ambos caminos son equivocados. Nuestra función nos exige meternos en el problema, asumir la realidad, adquirir una actitud crítica, buscar las formas de llegar al educando para evitar que el mismo se nos escape ante fuerzas aparentemente mucho más poderosas que las nuestras.
El sacrificio vale la pena porque este sistema en apariencia todopoderoso, muestra costados de debilidad y de él se pueden obtener facetas positivas que nos sirvan para cambiar a nuestro sistema educativo y amoldarlo a la realidad actual en la esperanza de la construcción de un mundo más justo y equitativo.


5.3 LA POSMODERNIDAD EDUCATIVA (06/02/10 TEMA DE BLANCA MERCEDES)

La postmodernidad educativa tiene un parangón o modelo filosófico en el cual se inspira; se trata de las filosofías postmodernas, que inspiradas acaso en la obra de

Nietzsche, propugnan desde el pensamiento, desde el impacto de la tecnología y desde la filosofía de sistemas, una nueva concepción del hombre.

La postmodernidad es pues una filosofía antihumanista y en consecuencia, individualista que en el plano de la educación se dirime en la hegemonía de la tecnología, en la importancia del saber y del conocimiento en la sociedad del futuro y en la necesidad de la innovación permanente.

No hay verdades, no hay sentido. Es el hombre el que se debe enfrentarse ante esta realidad vacía; un hombre que es capaz de vivir sin ayudas, porque ya no las necesita. Un hombre que ante la nada será el encargado de crear el mundo. Es el famoso «superhombre» de Nietzsche, que desprecia los apoyos que le oferta la razón y las grandes verdades —el mundo axiológico— porque es capaz de enfrentarse a su realidad sin la ayuda de mitos ni de falsos fundamentos.

Incluso, el hombre —el hombre moderno —de la modernidad— acomodado a sus creencias, orientado por la verdad, los valores, lo absoluto— ha muerto. De ahí que se diga que el postmodernismo es la filosofía de la deconstrucción.

Al no existir nada, sólo se da lo que es, o sea, el presente. Sólo existe lo que sucede.

No se da el futuro porque de todas formas no existe el sujeto y por tanto, tampoco la proyección. Sólo se da la pura presencia. Ni tan siquiera el pensamiento porque no hay fundamentos; sólo se da lo relativo, la presencia inmediata del pensamiento. Al ser el hombre el fiel de todas las cosas, la relatividad se adueña de su realidad, porque el hombre a lo máximo que puede arribar es a ser lo que es, pura relatividad, al estar inmerso en la misma. Lo único consistente es lo que posibilita el relativismo, es decir, el sistema.

La postmodernidad es ante todo la filosofía de la desmitificación y de la desacralización, lo que implica graves repercusiones en el terreno de la ética al no existir imperativos categóricos. Sólo se da el sistema, o sea la estructura que permite que se de aquella realidad que se está dando. Por tanto, también se ha visto la postmodernidad como una filosofía sistémica o acerca de los sistemas.

Incluso las verdades científicas se relativizan en el contexto de la postmodernidad, pues la ciencia tiene de cada vez más dependencia de los contextos sociales. Además, la naturaleza —que secularmente ha sido el objeto de aplicación de la ciencia— acepta también otras explicaciones —mítica, artística, funcional— cuya validez puede ser idéntica o pareja a la explicación matemática. Y es que en la postmodernidad, ciencia y mito no están en oposición; ambas cosas son igualmente válidas si es que sirven a los intereses de los hombres. Es una versión más del todo vale, tan propia del relativismo postmoderno. O si se quiere, un ejemplo más de la negación de cualquier transcendencia y de lo absoluto.

La Teoría General de Sistemas es aquella en la que se basa la filosofía de la posmodernidad. La definición de lo que es un sistema, entendido como un conjunto de elementos en relación; la visión de la realidad —de cualquier realidad— como si fuese un sistema, o sea, como un conjunto de elementos en relación, posibilita aplicar a esta realidad las características que se dan en los sistemas, que como se comprenderá es, desde una perspectiva absolutamente formalizada y matemática, el objeto de estudio de la T.G.S.

Paralelamente, a lo visto hasta ahora, podemos hablar de una educación sistémica, sin inclusión, por tanto, del factor humano. Decimos esto porque la concepción sistémica aplicada a la educación ha servido para «cosificar» la educación, o si se quiere, para materializarla. La aplicación de la teoría de sistemas al conocimiento pedagógico ha posibilitado el desarrollo del discurso educativo al margen de las regiones espiritualistas, axiológicas y culturales, y en consecuencia, ha logrado la abertura de la posibilidad cientificista de la educación. De ahí, que el enfoque de sistemas aplicado a la educación se haya visto idóneo para construir una verdadera Teoría de la Educación.

La ciencia, ya se sabe, y Bunge así nos lo recuerda, se refiere a objetos materiales, tangibles, que ocupan un lugar en la realidad; la ciencia sin más se refiere a sistemas de objetos que a su vez se conforman como objetos de los sistemas. Aplicado este principio o condición materialista de la ciencia a la Pedagogía, el enfoque de sistemas posibilita, acaso por primera vez, plantear conocimiento acerca de los objetos pedagógicos. Si los sistemas están formados por comunicaciones, el sistema educativo asimismo se nos presentará como un sistema de comunicación que como tal descansará en objetos materiales; así, desde esta perspectiva, el método educativo, las estrategias y los medios pedagógicos, el aprendizaje, la comunicación como capacidad del docente, los refuerzos como condición del aprendizaje, los objetivos educativos como secuelas del propio aprender, la organización en tanto que secuenciación del espacio escolar..etc, aparecen sin la vertiente humanista, obviándose, porque de hecho no es necesario en el discurso científico-teórico de la educación sistémica, los subjetivismos, especificidades o particularidades del factor humano (léase profesor o alumno). En definitiva, es posible explicar la educación sin referirse a valores ni a arquetipos humanistas en tanto que modelos de formación.

La Teoría de Sistemas logra entonces una explicación materialista de la Pedagogía, (cumplimentando entonces un sine qua non de las teorías científicas, al menos a nivel epistemológico) y en consecuencia, logra la comprensión de una educación sin hombres, sin el factor humano, simplemente porque el tratamiento sistémico, obvia el humanismo.

Con Luhmman, entonces, el hombre no es necesario para la existencia de las ciencias humanas y sociales. Es el mundo, un mundo de sistemas, quien se convierte en la única realidad objeto de teorización, y en consecuencia, de conocimiento científico, por lo que desaparece el handicap diferenciador de las ciencias humano-sociales respecto de las

físico-naturales. La realidad es una —los sistemas— por lo que su abordaje a través de la razón es también único. El hombre deja de existir y en consecuencia, deja de ser objeto de conocimiento. Ahora la ciencia será ciencia de los sistemas reales porque la única realidad conformada es la sistémico-material.

La educación dentro de este contexto se acoge pues al posibilismo materialista de la ciencia y se presenta como objeto de conocimiento racional, siguiendo para ello los mismos principios y leyes de la ciencia, sin más. El enfoque sistémico cree en la unidad de la ciencia porque concibe la realidad como unitaria, toda ella como sistema; desde esta perspectiva, no se dan diferencias entre las denominadas ciencias experimentales y

humano-sociales, ya que lo que estudian por separado cada una de las materias científicas que existen en la actualidad son las diversas perspectivas que nos ofrece la realidad, o si se quiere, el sistema de sistemas, que se concibe como el único objeto de conocimiento racional.

No nos extrañe entonces que la Teoría de la Educación haya utilizado la teoría de sistemas como instrumento —como tecnología conceptual— para desarrollar un discurso materialista lo que ha conllevado a plantear el enfoque de sistemas como contexto epistemológico y de apoyatura al paradigma tecnológico de la educación. De esta forma, un desarrollo de la educación desde la tecnología se apoya en una epistemología que a su vez juega un papel tecnológico: los sistemas como instrumento-tecnología conceptual que posibilita el estudio de la propia educación (tecnológica).

Será además la tecnología la que cambie la práctica educativa en el futuro postmoderno, con lo que la pedagogía de la postmodernidad se nos aparece coherente. El sistema es su tecnología conceptual y en el plano de la práctica también la tecnología será quien determine los sistemas de educación.

La educación del futuro tendrá que modificar sus contenidos, sus aportes curriculares, ya que como vimos al transformarse las condiciones del saber se transforma también el saber mismo. En consecuencia, la transmisión de contenidos educativos se asentará en la enseñanza y aprendizaje de lenguajes, que como hemos dicho es el saber que alimenta las nuevas tecnologías de la información.

Este cambio, llevará consigo otro mucho más determinante, y es que se separará la formación de la instrucción. En una sociedad relativizada, en que gracias a los procesos

tecnológicos-informativos todo es cambiante, no habrá lugar para las grandes verdades, por lo que una formación en función de principios (valores, creencias, transcedencias...etc) no será objeto escolar, y en todo caso dependerá de la esfera privada —de la privaticidad— y vital de los individuos.

Sólo será válido lo que tenga un sentido funcional e inmediato. Tanto importará

Picasso como un comic, un graffiti como un poema de Machado; lo importante será el saber que haga avanzar la realidad tecnológica, ya que como decíamos, el saber, el conocimiento, será la nueva mercancía de la sociedad del futuro. El futuro, en un mundo cambiante, dependerá de la capacidad de innovación, e innovar significa crear, descubrir, ampliar en definitiva el saber. Asistiremos a la necesidad del saber, por lo que el sistema educativo deberá perfeccionar sus capacidades transmisivas, lo que sólo podrá conseguir mediante la tecnología.

Vamos hacia un mundo cuya actividad principal —economía, empleos, materias primas..etc— estará ligada a la información. La información (captar, tratar, emitir) requerirá de un gran número de hombres formados, por lo que acaso no podamos hablar de educación como en la modernidad, pero sin duda alguna, el mundo postmoderno exigirá saber, y por tanto, propiciará un sistema educativo asentado en la eficacia de la transmisión de las informaciones y en el radicalismo utilitarista de la propia información. Asistiremos a la necesidad del saber.

Cabrá pues plantearse la cuestión educativa en términos de eficacia y de utilidad, por lo que la enseñanza individualizada, así como el valor del individuo, se verán en alza, en contra de la cultura del lazo social. Se destruye pues la concepción actual de la sociedad y de lo social así como el enfoque dinámico de la teoría crítica o marxista. La sociedad postmoderna intuye el lazo social como consecuencia de la tecnología de la comunicación; el hombre será un ser aislado, singular, pero al mismo tiempo, conectado a las redes telemáticas y audiovisuales de diverso orden que lo pondrán en contacto con el mundo.

Concretamente A. Toffler (1990; 1991) concibe la educación del futuro a partir de las siguientes características:

*Interactividad, o sea educación a través de tecnología interactiva, o sea, con capacidad bidimensional de respuesta (alumno-máquina y viceversa).

* Movilidad o capacidad de desarrollar educación en cualquier ambiente o institución. La escuela deja de ser entonces el secular espacio monopolizador de la formación.

*Convertibilidad o capacidad de transmitir y procesar información entre medios y redes diferentes a fin de conformar sistemas complejos y multivariadas de uso común.

*Conectabilidad o posibilidad de conexión que el estudiante poseerá con fuentes plurales de información.

*Omnipresencia, o democratización total de la información.

*Mundialización o información sin fronteras ni diferencias.

Se va pues hacia una educación dispersa, descentralizada. Cualquier taller, empresa, el hogar mismo, podrá convertirse en una verdadera escuela, lo que a su vez implicará aproximarnos de cada vez más a una concepción adhocrítica de la educación, o sea, sin estructuras administrativas que burocratizan el conocimiento. Algo de ello ya sucede en las empresas, en donde, la formación permanente de los trabajadores se entiende como un requisito imprescindible de la renovación e innovación que a su vez aquellas requieren para asegurar su continuidad y existencia. Asimismo, el hecho de que de cada vez más sea posible trabajar desde el hogar, hace vislumbrar que algo parecido puede suceder en referencia a la educación y a la formación en general.

Por último, se nos dice que la educación no estará constreñida a programas rígidos ni agrupaciones tradicionales (grupo clase, grupo curso, etc) ya que se conformará en situaciones abiertas, y en situaciones que serán fundamentalmente focos de experimentación y de innovación continuada. Educar será innovar y aprender a vivir con el cambio.

El propio Toffler nos advierte que para asumir tales logros serán necesarias como mínimo tres estrategias: cambios en los docentes actuales —la educación será tan importante en el futuro que su responsabilidad no podrá estar sólo en manos de los maestros y profesores; vamos hacia una sociedad educadora y educante, en la que se pluralizarán los formadores. Además se tendrán que cambiar los contenidos —los lenguajes como cultura— y por fin, se tendrá que aportar un enfoque u orientación de los conocimientos en orden al futuro, o sea, a la innovación constante y continua del conocimiento.

La educación en la postmodernidad se asentará en la tecnología y en la innovación.

Para ello se requerirá una pedagogía que poco a poco se reconvierta en una verdadera tecnología cognitiva, es decir, deberá ampliar su conocimiento en orden a como aprende el niño, para así desarrollar su capacidad intelectual, ya que innovación será innovación del conocimiento, siendo las tecnologías informáticas una fuente primordial para el logro de este conocimiento del futuro, o sea, del conocimiento virtual.

La sociedad postmoderna no es pues la sociedad de los valores, de las verdades absolutas e inamovibles (propias de la modernidad); es, en todo caso, la sociedad del saber, de la ciencia, de los sistemas, propiciado todo ello por la tecnología y por el avance de las capacidades y posibilidades intelectuales del hombre; de un hombre que no requiere ya certezas externas, sino que se basta a si mismo para saber donde se encuentra la verdad.

Estas son en definitiva las metáforas del superhombre y de la muerte de Dios de Nietzsche. El logro del hombre que rompe con los absolutos, porque se sabe que se basta a si mismo.

La misión de la educación estribará en el logro, mediante el saber, de este hombre autosuficiente, y creador de su futuro. En este sentido, acaso la postmodernidad se no muestre como el único humanismo realmente constituido hasta el momento porque asienta un hombre autosuficiente y no dependiente.

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